Una palabra...

Como cada día
volví a tu casa,
esperando con avidez
encontrarme con tu rastro,
con aquellas palabras,
que sueles dejar plasmadas
en ese espacio blanco, incólume
que acoge cada sentimiento tuyo,
tan mío a veces…
esas palabras que me hacen
conocerte sin ser visto,
que devoro como
los fantasmas del ayer
suelen hacer festín
con mi ser…
una simple palabra,
un Adiós desolador,
que terminó de devastar
lo que me quedaba de esperanza
aquel día…
sin posibilidad de refutar,
sin preguntas,
ni respuestas,
mi alma ya no sabia
donde ir en busca de
tus palabras…


A ti, te digo bienvenido de nuevo...

El tren...

Allí en el andén desolado
sentada en un banco
una tarde cualquiera
miro un reloj detenido
esperando que
el próximo tren
que llegue
lleve mi corazón
a un nuevo hogar

Sólo te pido...

Sólo te pido
que tú mano
me sostenga
cuando quiera
volar sin alas.

Sólo te pido
que me ilumines
cuando mis días
sean noches.

Sólo te pido
que me acompañes
con tú sonrisa
cuando el llanto
me nuble.

Sólo te pido
que reconstruyas
mis muros
cuando el
mundo se me
derrumbe

Sólo te pido...