Es hora de regresar
de volver al terruño
de tu cuerpo,
aquel cálido refugio
que en las noches frías
me acogí silente
y amorosamente.
Recorro los mismos caminos
que fueron mi huída.
Hoy sólo son trochas áridas
desdibujadas por aquellas
lágrimas derramadas.
Me detengo en la orilla del lago
frente al puente
muchas veces cruzado.
Miro tu ciudad,
ha crecido, densa y desmesurada
poblada por seres desconocidos.
En la lejanía,
en el horizonte,
intento encontrar el hito
que me indique
donde se halla tu corazón.
Llegar a él...
Cruzar el puente
Adentrarme de nuevo en ti...
1 comentario:
Un regreso lleno de poesía. Abrazos.
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