En el ocaso del día
me siento a contemplar tu partida.
Ausente
en las frías noches de luna,
tu recuerdo me reconforta,
eres el fulgor de mis días
el que calienta mi piel
y da luz a mi andar.
El insomnio perdura
hasta la aurora,
cuando salgo
a tu encuentro
esperando
que tu resplandor
inunde de luz
mi vida.
2 comentarios:
Bello y sentido. Abrazos.
preciosa letra!
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