jueves, 12 de julio de 2007

La mirada...



En estos días estuve viendo fotografías de la familia con mi hermana y que diferencia...
Aún cuando para el común de la gente sigo siendo la misma, yo no logro ver a la misma persona, es otra o por lo menos no es la misma que logro ver al espejo cada mañana.
No es que el cambio sea físico, porque si bien es cierto me mantengo casi igual, claro con los signos propios del paso del tiempo, pero no es la misma escencia lo que trasmite mi alma...
No podré olvidar una discución que tuve en una oportunidad con mi mamá y de pronto me increspó con "que le hicieron a mi niña dulce, ¿donde está?"
Creo que muchas cosas nos cambian, a veces estamos preparados para esos cambios, pero en muchas ocasiones no, sólo nos dejamos llevar por ellos.
Es verdad, me miro al espejo y me pregunto lo mismo, ¿dónde quedó la dulzura de mi mirada? creo que en el fondo aún la mantengo, sólo que he aprendido a protejerla de cualquier cosa o situación que pueda acabar con ella, y es que todos de algún modo creamos una especie de máscara para ocultar lo que realmente somos, por el simple miedo a ser descubiertos, ser vulnerables...
Pero acaso eso es lo que debemos hacer?, creo que no, que como en todo en la vida debemos aprender a arriesgar y si debemos arriegarnos a que nos miren por dentro...
Quitarnos las máscaras y aceptar que en algún momento saldremos heridos, pero seguramente tendremos muchas muestras de afecto que respondan a esa dulzura que llevamos dentro...
Esa dulzura de la niñez y la inocencia...

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