miércoles, 10 de octubre de 2007

Licencia para Casarse


En estos días no había ganas de hacer nada planificado y terminamos frente a las salas de cine sin predilección aparente, así que lo dejamos al azar preguntando cuál era la película que estaba por iniciar, por lo que terminamos viendo Licencia para casarse, una comedia romántica de esas que con su título ya conocemos el final, donde participa Robin Williams en el papel de un Sacerdote poco ortodoxo en su curso prematrimonial; bueno sólo debo decir que el film no ofrece mucho, más allá de la jocosidad de ciertas situaciones, pero como siempre trato de buscarle el lado bueno a las cosas, y puedo decir que aparte de haberme arrancado algunas risas (que buena falta me hacen), considero que la escena donde Sady maneja con los ojos vendados, guiada por las instrucciones que le da Ben su prometido es una de las mejores del film, creo que muchas veces nos vemos en una situación similar, entramos a una relación pensando que debemos creer ciegamente en el otro, cuando en realidad deberíamos establecer nuestras relaciones basadas en la comunicación, donde quizás no siempre encontremos un punto medio, pero aprendamos a ceder y aprovechar las potencialidades de cada uno a favor de una mejor relación. Cuantas veces callamos y dejamos que sea el otro quién decida, sólo por complacencia, por lo que vamos creando una gran montaña de resquemores que en algún momento como un volcán hacen erupción…
No esperemos hasta ese punto para decir las cosas, en la medida que nos expresemos convenientemente lograremos una mejor comunicación.


El Amor es aceptarnos,

aceptar al otro tal como es

y construir un mundo juntos.

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